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Tanto los dientes como los implantes, en situaciones de salud, están rodeados de hueso y encía. La encía tiene como funciones: recubrir el hueso, protegerlo, servir de barrera entre el medio oral y las capas profundas alrededor de dientes e implantes y nos dan lo que llamamos la estética rosa.
Existen dos tipos de encías; la encía móvil que es la que encontramos en el carrillo (mucosa yugal), en la cara interna de los labios hacia abajo (fondo de vestíbulo), debajo de la lengua (suelo de la boca); y la encía dura que es la que encontramos rodeando los dientes o en el paladar.
La encía dura es una encía especial que tiene una capa superficial diferente a la móvil, por eso la llamamos encía queratinizada. La parte importante de esto es que esa encía dura o queratinizada no se mueve y, por tanto, se abraza al diente o al implante impidiendo que las bacterias se cuelen hacia abajo (donde está el hueso).
El injerto de encía es necesario cuando o bien tenemos poca cantidad de encía dura o bien es de mala calidad, es decir, donde tendría que haber encía dura hay encía móvil.
Según las necesidades de cada caso optaremos por un tipo de cirugía u otro, el injerto de encía no es el mismo si necesitamos aumentar volumen o si lo que necesitamos es tener encía queratinizada/dura.
Los biomateriales se utilizan sobre todo cuando queremos aumentar volumen y por las características del paciente o su paladar no podemos o no queremos usarlo. También en aquellos casos en los que necesitemos un injerto de encía tan grande que no sea viable obtenerlo todo del paladar.
Cabe destacar que siempre vamos a preferir utilizar material del propio paciente, la cicatrización va a ser mejor, sino optaremos por biomateriales de banco que al ser de humano la cicatrización será parecida y sino los sintéticos o los procedentes de animales.
La zona que recibe un injerto de encía no duele por recibirlo, es decir, la zona receptora no acusa la presencia del injerto.
La zona donante, el paladar, según el tipo de injerto puede molestar más o menos. En aquellos casos donde se coge simplemente un trocito de la capa interna las molestias son mínimas, los pacientes se quejan más de la presencia de los hilos de los puntos que de la herida en sí. En aquellos casos donde hacemos el mencionado injerto libre de encía pueden ser algo más molesto, pero se soluciona fácilmente con un analgésico habitual. Estos casos sí que pueden mostrar un leve sangrado el día de la intervención o al día siguiente. Para ello se le explica al paciente una serie de pautas que debe seguir para que esto sea lo menos posible.
Es importante tener en cuenta que el umbral del dolor de cada paciente es diferente y lo que una persona apenas percibe otra lo refiere como doloroso. Sin embargo, a día de hoy, no ha habido ningún paciente que haya dicho “no me lo hubiera hecho”. Los beneficios que da un injerto de encía frente al disconfort de unos días son superiores.
Aspecto de una boca con encías retraídas antes y después de recibir un injerto de encía.
Toda la cirugía, incluidos los injertos de encía, está a cargo de la Dra. Cortés. Si tiene dudas de si es candidato/a a un injerto de encía o quiere conocer más al respecto no dude en contactarnos.
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