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Muela del juicio, en inglés “wisdom tooth”, viene del latín “dens sapientiae” que significa diente de la sabiduría. Se ha llamado así a los terceros molares porque erupcionan al final de la adolescencia, entre los 16 y los 22 años, es decir, cuando teóricamente se alcanza la sabiduría o el juicio.
En nuestros antepasados, los terceros molares o muelas del juicio tenían espacio suficiente porque la mandíbula de los primeros hombres era de mayor tamaño. Con la evolución del hombre hubo cambios en el tamaño del cráneo y por tanto de la mandíbula, probablemente gracias al cambio en la dieta y el lenguaje. Así las muelas del juicio pasaron de ser imprescindibles para poder triturar carne cruda y alimentos duros a, en muchas ocasiones, no tener espacio.
En el momento de su erupción, los dientes empujan la encía para poder salir hasta que consiguen romperla y salir a la superficie. En el caso de las muelas del juicio ocurre lo mismo, el problema es que se encuentran muy atrás, allá donde la mandíbula empieza a subir por la rama ascendente y donde se hunde el carrillo. Es por ello por lo que se encuentran un poco más aprisionadas y la inflamación es más evidente. Además es una zona difícil de limpiar y esa inflamación en las muelas del juicio va a estar propiciada por el acúmulo de placa.
(Muela del juicio recta pero que no tiene sitio por la rama ascendente marcada en azul)
Si el cordal tiene espacio suficiente para salir, la zona se puede inflamar y eso puede producir cierta molestia. Sin embargo, si la muela del juicio no tiene espacio para salir entonces puede producir más dolor al tener el hueso que le impide erupcionar.
¿En estos casos en los que tenemos dolor de muelas qué podemos tomar? Analgésicos tipo Paracetamol y si la zona estuviera muy inflamada también se podría tomar o combinar con antiinflamatorios, habitualmente Ibuprofeno. Es importante tener en cuenta que la combinación de muela del juicio y dolor no significa que necesitemos tomar un antibiótico.
(Pequeño quiste en una muela del juicio inclinada)
Para que las muelas del juicio erupcionen sin problemas necesitan tener suficiente espacio y llevar una buena dirección.
A veces, el problema de los terceros molares es que llevan una mala dirección, “salen torcidos” y entonces se impactan, se chocan, contra los segundos molares. Esto hace que no puedan erupcionar y además puede propiciar problemas en los segundos molares como reabsorciones o caries. En estos casos se recomienda extraer la muela del juicio.
Otras veces, los cordales erupcionan rectos, pero no tienen suficiente espacio, se chocan con la rama ascendente radicular. Esto impide que erupcionen y se produzca dolor.
En ambos casos, además, se puede producir una infección en la zona o incluso aparecer un quiste (quiste folicular). Los dientes se forman dentro de un saco, como si fuera su “placenta”. Cuando el diente rompe la encía y sale, ese saco, esa “placenta”, se reabsorbe. Cuando un diente no acaba de erupcionar porque no tiene espacio o lleva una mala dirección, ese saco no se reabsorbe del todo y eso junto con el acúmulo de placa bacteriana puede producir una infección.
Por ello, en casos en los que la muela del juicio no puede erupcionar, se recomienda su extracción.
(Quiste en muela del juicio tumbada)
En términos generales diremos que el tratamiento debe realizarse cuanto antes.
Si las muelas del juicio tienen problemas de espacio, visto por un ortodoncista o por su dentista en la revisión anual, tienen problemas de inclinación o el tratamiento de ortodoncia lo requiere, nuestra recomendación es cuanto antes. La extracción de la muela del juicio será más sencilla cuanto más joven sea el paciente. En muchos casos se quita incluso cuando se está formando si el ortodoncista valora que no hay espacio. Si vemos que lleva una mala inclinación, quitar la muela antes de que las raíces se formen disminuye la dificultad de la intervención e incluso puede prevenir problemas con el nervio dentario inferior que es un nervio muy importante cercano.
Este es el caso de una muela del juicio que no tiene espacio para erupcionar. La primera radiografía es del 2014, la segunda radiografía es del 2018. Se puede ver cómo ese cordal no puede erupcionar por falta de espacio. La tercera la radiografía del del 2019, después de la extracción de la muela del juicio. La paciente tenía 28 años en el momento de la extracción, gracias a ello podemos ver cómo el hueso se ha recuperado perfectamente y el segundo molar está intacto.
En pacientes jóvenes las intervenciones son más sencillas, los tejidos son más laxos aparentemente y el postoperatorio generalmente es más sencillo.
La extracción de las muelas del juicio se realiza bajo anestesia local, es decir, la misma anestesia que para hacer un empaste. En la Clínica Cortés Martinicorena realizamos todas las intervenciones en nuestro quirófano
Si tiene dolor, molestias o dudas sobre sus muelas del juicio no dude en consultarnos, cuanto antes se aborde el problema mejor. Y recuerde, no siempre es necesario un antibiótico.
La responsable de esta área es la Dra. Berta Cortés Acha.
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